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¿Francisco Villota apoyaría la rehabilitación del “Beti Jai”?

En el verano de 2004 el COI anunció una reforma del palmarés de los siempre polémicos Juegos Olímpicos de París 1900, polémicos porque en realidad lo que se celebró en aquel largo verano de 1900 en la capital francesa fue una Exposición Universal, que incluyó en su programación unos “Concursos Internacionales de Ejercicios Físicos y Deportes”.

En dichos “Concursos” hubo pruebas para amateurs y para profesionales, hubo deportes “olímpicos” como el atletismo, la natación, el remo o la esgrima y otros como la pesca, la colombofilia o el automovilismo que nunca lo han sido y hubo toda suerte de torneos escolares, militares o reservados para bomberos… Un batiburrillo que aún hoy sigue dividiendo a los historiadores olímpicos, ¿cuáles de las pruebas disputadas perteneció a los II Juegos Olímpicos y cuales no?, en aquel verano de 2004, como comentábamos, el Comité Olímpico Internacional dio su respuesta.

Por lo que a España afectaba se anunciaba la inclusión en el medallero de los pelotaris aficionados que ganaron el torneo de cesta punta: “Villota, de Madrid” y “Amézola, de Bilbao”. También se negaba validez a la supuesta medalla de plata en tiro al pichón que el COE y la Academia Olímpica Española reivindican para don Pedro Pidal, marqués de Villaviciosa de Asturias.

Durante meses esperé que alguien (periodista, historiador, la misma Academia Olímpica Española) investigara quienes fueron aquellos pelotaris anónimos de los que tan sólo conocíamos el primer apellido y la ciudad de procedencia, y que se habían convertido en los primeros medallistas olímpicos españoles. Cuando me cansé de esperar me propuse descubrirlo yo mismo; el pasado año pude presentar mis conclusiones.

“Villota” era don Francisco Villota Baquiola, nacido en Madrid de familia cántabra (de Mioño, Castro Urdiales). Licenciado en derecho, socio y presidente de la Sociedad de Pelota Vasca en Madrid, deportista multidisciplinar (encontré un artículo-homenaje dedicado a él en la revista “Gran Vida” de marzo de 1904).

Falleció a finales de los años 40 en la capital dejando viuda (Ana María Uribe-Echevarría), pero no hijos. Pude localizar a una sobrina nieta que reside en Madrid (doña Ana Careaga Villota).

Su compañero de aventuras parisinas fue don José de Amézola y Aspizúa (Izarra, Urkabustaiz, Álava 1874), importante empresario y político (diputado en 1914) de su época. Fallecido en 1922 dejando viuda (Teresa Garay) e hijos (José y Soledad).

Me han aportado valiosa información sus nietos (José Amézola, Bilbao) y Teresa Aranguren Amézola (Madrid) y su sobrino (Rafael de Amézola, Barcelona).

La victoria en el torneo de París (de Neuilly-sur-Seine en realidad) también tiene “jugo”, ya que sus únicos rivales (los franceses Durquetty y Etchegaray) se retiraron (antes del partido o una vez iniciado, hay dudas) permitiendo la victoria españoles por “forfait”.

Entre los historiadores esta forma anómala de vencer despierta polémica, en el COI no tienen dudas sobre la validez de la medalla.



Don Francisco Villota Baquiola, madrileño, pelotari, pelotazale, primer campeón olímpico español… ¿apoyaría la rehabilitación del frontón “Beti Jai”?
SIIIIIIIIIIIIIIIIII




"Villota" vestido de pelotari con su cesta.

Foto de Revista "Gran Vida". Marzo de 1904


Fernando Arrechea Rivas, historiador y responsable del blog http://olimpismo2007.blogspot.com